Para muchas familias de clase media, la pérdida del empleo del padre o de la madre de familia, o de ambos, constituye una verdadera tragedia, porque la mayoría de los trabajadores reciben un pobre salario que no les permite ahorrar, y, el despido ocurre usualmente de un día para el otro – como si el trabajador hubiera cometido un delito – de modo que no le da tiempo para buscar otro empleo, y él puede quedarse por meses sin recursos económicos.
Qué pasará con sus compromisos: alquiler de casa o apartamento, préstamo del carro, gastos de alimentación, medicinas, gastos escolares, etc.
¿Quién les ayudará? Sus familiares directos: padres, hermanos, etc., si éstos disponen de suficientes medios, ¿y qué pasará con los que no tienen a quien les ayude?
Cuando era estudiante de historia en la Universidad de Ginebra, Suiza, hice mi tesis de licenciatura sobre los archivos de una sociedad de asistencia mutua, denominada la “Société des Suisses de Londres”, la (Sociedad de los Suizos de Londres), la cual fue creada en 1703 en Inglaterra.
Al igual que la sociedad panameña actual, a la excepción de una pequeña minoría, la pobreza era un problema grave en la sociedad del siglo XVIII en Europa.
El objetivo principal de la Sociedad de los Suizos de Londres era: “reunirse con la finalidad religiosa de practicar la caridad hacia nuestros hermanos que podrían necesitar nuestra asistencia …” El comité estaba compuesto de un presidente, un secretario y dos tesoreros y los miembros se reunían regularmente en asamblea para decidir del monto de las contribuciones, percibirlas y para acordar subvenciones tanto a los enfermos, los pensionados, como a los desempleados. El número mayor de miembros que aparece en los registros de la Sociedad es de 176 miembros. La Sociedad seguía floreciente en 1980, año en que hice mi tesis.
El informe de la OIT sobre El trabajo en el mundo 2000. La seguridad de los ingresos y la protección social en un mundo en plena transformación, denuncia que: «La gran mayoría de la población en muchos países en desarrollo, (…) no tiene ningún tipo de protección social», e advierte que “las sociedades que no prestan suficiente atención a la seguridad, en especial a la seguridad de sus miembros más débiles, están expuestas a sufrir un retroceso destructor.» La OIT afirma también que el apoyo gubernamental se considera indispensable en este esfuerzo, y debe apuntar a una «cobertura creciente e incluso universal si fuera posible».
Concluimos que el seguro de desempleo es indispensable en Panamá y que, si un pequeño grupo de Suizos pudo establecer una asistencia mutua que hacía la vez de seguro de enfermedad, de accidentes, de pensión y de desempleo, al inicio del siglo XVIII, cuando aún no se conocían el cálculo actuarial, un seguro de desempleo se podría implementar en Panamá. Ya existe en algunos países de América Latina como Argentina y Chile. Solo hace falta la voluntad política para crearlo.
La autora es Licenciada en Historia General de la Universidad de Ginebra, Suiza.
